Día 2: Cabo de la Vela: paisajes alucinantes
Ruta: Riohacha – Salinas Marítimas de Manaure. Uribia – capital Indígena de Colombia y Cabo de la Vela.
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Después de desayunar en el Hostal Tuguajira.com estamos listos para afrontar una jornada simplemente fascinante. A bordo de camionetas 4×4, iniciamos un recorrido que nos llevará hasta el Cabo de la Vela. Su ancestralidad, la historia y sus fantásticos paisajes desérticos en el Caribe, nos esperan para conectarnos con la energía de un lugar especial.
En Manaure: Habiendo avanzado ya en 2 horas de camino en la Media Guajira (planicies y sabanas extensas de característica semidesértica), nuestra primera parada está en la población de Manaure, donde se observará las salinas marítimas y se conocerán detalles de la producción salinifera de esta área de Colombia, con mas de 70 años de historia y con un área de producción que supera las 4.000 mil hectáreas en áreas industriales y artesanales de cosecha de sal: agua de mar, suelo arcilloso, fuertes vientos y alta radiación solar, dan paso a un lugar muy especial.
En Uribia: a tan solo 20 minutos de Manaure y adentrándonos en las sabanas de la Media Guajira, emerge Uribia conocida como la capital indígena de Colombia, por el tamaño de su población (unos 180 mil indígenas de la etnia wayuu). Viajando de sur a norte Uribia es el centro urbano de mayor infraestructura que se encuentra en la región. Esta parada es obligatoria, para conocer la Plaza Colombia “el ombligo de La Guajira” y poder observar la dinámica propia de un lugar en el que es fácil identificar las fronteras de la convivencia cultural de lo indígena con las costumbres del Alijuna (hombres y mujeres no pertenecientes a la etnia wayuu).
Los pálpitos y las impresiones que entrega Uribia, viajan con nosotros, mientras la ciudad va quedando atrás. Ahora afrontamos carreteras, caminos y trochas que nos llevarán a los dominios de la Alta Guajira. 90 minutos después estaremos frente al gran Kamaichi en Jepirra, habiendo cruzado ya gran parte del desierto de La Guajira, dominado por salinetas y arenales que se pierden en el horizonte y mueren en el mar, salpicados de rancherías de pescadores.
Al fin y al Cabo: Sobre las 11:30 de la mañana, la primera vista de Kamaichi (cerro de corte piramidal, que supera los 100 m.a.s.n.m, cargado de toda su magia, presente y pasado cultural) que se caracteriza por una vista dominante del mar, dejará ver su majestuosidad. Eso indica que ahora estás en los dominios de “Jepirra” (Cabo de la Vela).
Nuestro punto de llegada es la Ranchería Apalanchi, un lugar que reúne las condiciones básicas y adecuadas para una excelente estancia.
Cada lugar, pone a prueba los sentidos. Nuevamente el gusto debe abrir paso, para deleitarse con los sabores de la gastronomía local. Pescado, mariscos, carne de chivo y otras delicias estarán a su disposición, esperando una acertada elección. Luego podrán instalarse en las cómodas cabañas y tomar un descanso para continuar descubriendo las maravillas de este escenario natural.
Sobre las 2 de la tarde y después de un corto descanso, el Cabo nos invita a explorarlo:
- En Punta Arcoíris disfrutarás de los más exóticos paisajes desérticos que se mezclan con la inmensidad del mar Caribe. Allí el viento, el fuerte oleaje y la luz solar nos muestran instante tras instante la belleza y la magia de la naturaleza.
- Una caminata hasta la cima de Kaimaichi (cerro de corte piramidal, que supera los 100 m.a.s.n.m,) conocido vulgarmente como el Pilón de Azúcar. El dominante del mar, el que está por encima del mar… no hay otro lugar que defina mejor las sensaciones de estar a bordo de este planeta en la peininsual de La Guajira.
- Disfrutaremos de las playas de arenas doradas, en la ensenada formada geográficamente, justo en la base del cerro Kamaichi.
- las playas del Ojo de Agua, la Punta Ojo de Agua, el Cerro el Faro (aquí la puesta del sol, suele ser indescriptible, cada día muestra un espectacular atardecer). Se viene la noche y con ella nuestro retorna a Apalanchi.
La noche, en el Cabo suele ser majestuosa bajo un hermoso cielo estrellado, mientras al compás del sonido de las olas en el mar y, los vientos Alisios, característicos del Caribe, nuevamente nuestro paladar se envolverá en una experiencia única de sabores.
El tiempo, las motivaciones y la energía, marcarán luego, el momento propicio para descansar.
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